Revolución

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“La libertad no es más que un fantasma inofensivo mientras existan hombres que puedan matar impunemente de hambre a otros. La libertad es un fantasma inofensivo cuando a través de un monopolio el rico logra ejercer el derecho de vida y muerte sobre sus semejantes.” JACQUES ROUX

miércoles, 15 de junio de 2011

La rueda capitalista. ¿En qué momento me engañaron?

"No sé en que momento me engañaron". Esa fue la dramática y desesperante conclusión de las reflexiones de un padre de familia, de clase relativamente acomodada, hablando en un conocido programa de tarde, de una de las grandes emisoras nacionales, la pasada semana.
Escuché a este señor y quedé gratamente sorprendido de que cada vez más gente está saturada de participar en esta demoniaca, gigantesca y arbitraria rueda que es el sistema capitalista y neoliberal global.
Fue el pasado jueves día 9 cuando en el espacio abierto para oyentes en el programa "La ventana" de la cadena Ser, llamó una persona explicando de forma muy clara y concisa algo de lo que cada vez más gente es consciente. Era un hombre de cuarenta y tantos años, casado y con sus hijos, desde siempre asegura haber hecho caso a todas las consignas dadas por este sistema: estudia mucho, prepárate, se el mejor en todo, estudia una buena carrera, luego un máster para por fin optar a un trabajo bueno con elevada responsabilidad y sueldo importante, mete más horas para ganar más dinero y poder acumular más bienes materiales (la inmensa mayoría de ellos insípidos e inútiles) compra tu casa (con tu hipoteca de regalo por supuesto), adquiere un buen coche y cámbialo cada 4 o 5 años y en definitiva, consume, consume y consume.
Decía muy convencido que durante toda su vida ha seguido a rajatabla lo que en teoría le debía permitir ser feliz según la lógica capitalista y sin embargo estaba asqueado de todo y se sentía defraudado y engañado por el sistema, "¿En que momento me engañaron?" dijo con firmeza como conclusión. 
No era ningún joven sin trabajo, no era un rebelde al uso, no parecía que fuese para nada un activista antisistema, y según lo que contaba de su estatus quo nadie diría que pudiera ser un "indignado" (SIN EMBARGO LO ESTABA, Y MUCHO). Muy al contrario hablamos de un hombre de entre 40 y 50 años, con su esposa e hijos, buen sueldo y de clase acomodada pero que se había dado cuenta que estaba hasta los santos cojones de seguir participando en esta inmensa y despiadada rueda (como él mismo dijo). Y llegaba mucho más allá, afirmaba que sería feliz si dentro de dos días se proclamara una anarquía en esta sociedad.

Él como muchos, no puede más, ha visto que este modelo de vida no nos lleva a ninguna parte y causa frustración e infelicidad por doquier (asqueamiento social, enormes tasas de suidicios, exclusión, insostenibilidad total, locura...). 
A pesar de lo que siguen intentando transmitir los medios de comunicación con respecto al movimiento de los "indignados", que lo resume como gente joven con carreras que protesta únicamente por que no tienen trabajo ni casa (eso es lo que suelen decir entrelíneas). La maquinaria de los grandes medios siempre al servicio del poder, solo se quedan en lo superfluo y no ven ni les interesa ver que, cada vez más personas que cumplen todos los requisitos para considerarlas como ciudadanos modelo del imperio capitalista están diciendo BASTA, NO PUEDO MÁS. 
Tengo que decir que las profundas reflexiones de este hombre, teniendo en cuenta la vida que llevaba (insisto, modélica y acomodada) y la que había llevado, se me metieron muy adentro.

Lo primero que debe hacer un enfermo para curarse de su enfermedad es reconocer que lo está, y si como un primer paso abrimos los ojos y nos damos cuenta que la inmensa mayoría de nosotros somos (aunque casi nadie quiera) y hemos sido siempre funcionarios del capitalismo, por lo menos dejaremos de tener la venda. A partir de ahí, creo que tenemos que luchar en nuestra vida diaria, cada uno en nuestra realidad y en la medida que pueda: por ejemplo, intentar ser solidarios, huir de individualismos y competitividad, consumir responsablemente y de forma sostenible, apoyar activamente al comercio justo, participar con tiempo y/o económicamente con organizaciones y asociaciones que de verdad merezcan la pena, aquellas que de verdad luchan contra todo aquello que causa los principales males en este mundo y no van a las consecuencias poniendo parches como hacen muchas OCG,s (me refiero a organizaciones claramente gubernamentales a pesar de autodenominarse como ONG,s, ya que gran parte de sus ingresos los reciben del estado, cumpliendo para ello las pautas marcadas por el mismo) , y un largo etc etc. de acciones y comportamientos consecuentes. 
Y por supuesto apoyar y participar activamente en movimientos sociales y concentraciones a pie de calle, cuando sus objetivos son realmente justos.

QUERIDOS AMIGOS, COMO BIEN SABÉIS, NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER.

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